Algunas vocaciones llegan muy pronto. Algunas personas encuentran su Elemento (en palabras de Ken Robinson, ese estado en el que logramos desarrollarnos, trabajar sin cansancio y con gran creatividad) desde muy pequeños. Es el caso de mi hijo mayor, Javi. Su “Elemento” es la interpretación. Comenzó actuando para el musical La Bella y la bestia, de la compañía Stage, y desde entonces no ha parado de participar en producciones teatrales, musicales y, más recientemente, ha comenzado a formarse como actor y a realizar sus primeros trabajos para cine.

Cuando le propuse participar en Relatos Cortos, inmediatamente me pidió elegir Federico, Bernardo, Paco para su colaboración artística. Sé que es una pieza que, como a mí, le toca muy de cerca y le mueve muchas cosas dentro. El resultado es un sencillo pero precioso monólogo, escrito e interpretado por él mismo, en el que sé que ha volcado muchas de las reflexiones y planteamientos que, a sus 16 años, se hace a menudo. Es Javi Cuadrado, en estado puro.

Muchas gracias, campeón, por tanta pasión, tanto esfuerzo y tanta sensibilidad.